Fallece José Rosa, maestro del humor en la Grafica de Puerto Rico

Fallece José Rosa, maestro del humor en la Grafica de Puerto Rico
Fallece José Rosa Castellanos pintor, dibujante y grafista, el humor y la letra eran fundamental en su obra plástica.

Fallece José Rosa Castellanos pintor, dibujante y grafista, el humor y la letra eran fundamental en su obra plástica.

Arte Cultura y Entretenimiento  | Redacción/ Escrito por Javier Martínez | Visit [a] Autogiro Facebook

Fallece José Rosa, maestro del humor en la Grafica de Puerto Rico
Fallece José A. Rosa Castellanos pintor, dibujante y grafista, el humor y la letra eran fundamental en su obra plástica. retrato del artista de su pagina de facebook.

La escena del arte puertorriqueño enlutó nuevamente, en marzo perdimos al maestro Rafael Rivera Rosa y ahora conocemos el fallecimiento del maestro pintor, dibujante y grafista, José A. Rosa Castellanos. Me he enterado de su muerte por las redes sociales pero se desconoce las causas del fallecimiento.

Rosa, nacido en Santurce en 1939, deja un legado de Gráficas divertidas, donde la línea o el dibujo y el baile son protagonistas, así como el uso del grafismo para contar historias paralelas a la imagen.

José Rosa en sus inicios estuvo bajo la tutela del maestro Rafael Tufiño y su formación en la División de Educación de la Comunidad (DIVEDCO) así como en el Taller Galería Campeche, hasta su paso por el Taller de Gráfica del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) junto a Lorenzo Homar, Rosa desarrolló un estilo único que fusiona la precisión del dibujo con la riqueza de la cultura popular en refranes o historias. Su trayectoria lo llevó a dirigir el taller del ICP entre 1973 y 1986, período en el que perfeccionó su maestría en la serigrafía y consolidó su lugar como uno de los grandes exponentes del grabado en la isla.

La obra de Rosa Castellanos en la pintura nos muestra variadas facetas en espacios como bares, cafetines, conversaciones, siluetas en danzas, retratos de personajes y múltiples autorretratos que nos transmiten la intensidad del personaje. Sus piezas, siempre impregnadas de un toque de humor y una crítica sutil pero mordaz, tienen una conversación con el color de los fauvistas, a mi parecer. Ademas sus personajes parecen estar siempre danzando o bailando. Sus retratos tienen a tener puntos de encuentro con uno de sus maestros, el pintor Domingo Garcia.

Catalogo de José Rosa | Exhibición De la botellas y otros pecaditos | 2003
SANTA BARBARA | imagen de colección Reyes-Veray

En la década de los setenta, introdujo a sus gráficas algo que lo distinguió: el uso de textos como elementos gráficos, integrados en los bordes de sus composiciones. La serie de 1979 de “Santos” católicos que realizó son ejemplo de ello, así como de su buen humor. 

José Rosa también participó en eventos internacionales de prestigio, como la Bienal de La Habana (1984, 1986), la Bienal del Grabado Latinoamericano en Nueva York (1986) y varias ediciones de la Bienal de San Juan del Grabado Latinoamericano y del Caribe, así como le fue dedicada la edición XII Bienal de San Juan del Grabado Latinoamericano y del Caribe de 1998. Recibió reconocimientos como el Primer Premio de Grabado de la Revista Sin Nombre en 1976 y 1977 y  un Premio de Dibujo en el Certamen del Ateneo Puertorriqueño en los años 1972 y 1974. Su legado incluye exposiciones retrospectivas, como «35 años de Pintura» en la Galería Sagrado Corazón en 1995, y De las botellas y otros pecaditos en el Museo de las Américas en 2003.

La cineasta Sonia Fritz realizo un documental titulado El universo de José Rosa que se puede ver en Youtube.

Le sobreviven su esposa la artista Analida Burgos Colón, y sus hijos Lydia Inés, José Arnaldo y Sara Ester.Que descanse en paz este gran artista admirado por muchos, (entre los cuales me incluyo) en la gráfica Puertorriqueña.

Actualización 9 de abril 2025

Exequias del Artista José Rosa
Exequias del Artista José Rosa

Las exequias de Velorio y Sepelio del artista José Rosa se llevaran a cabo el día jueves 10 de abril del 2025 comenzando a partir de 11 am a 9pm en la funeraria Asencio en Santa Juanita, Bayamón. El viernes 11 de abril de 2025 se estará velando de 8am a 10am donde partirá hacia su última morada en el cementerio Municipal de San Juan a las 11 am.

Jose Rosa , 35 anos de Pintura, Portada del Catalogo de la muestra

«Abre Hoy Exposición de José Rosa “Enredadera” se denomina esta serigrafía de José Rosa que, como parte de una colección de cuarenta obras, se expone hoy viernes 26 en la Galería radicada en la Calle Fortaleza, 319, en el Viejo San Juan. El artista gráfico José Rosa, de 36 años de edad, comenzó su carrera en artes gráficas en 1960 con Lorenzo Homar; y al presente es el Director del Taller de Artes Gráficas del Instituto de Cultura Puertorriqueña. El profesor Juan Antonio Torres Martinó califica su colección de “importante”; y la misma se ha exhibido por invitación en la Primera y Segunda Bienal de San Juan, en la Bienal Internacional de Cracovia, Polonia; en la Bienal Internacional de Artes Gráficas de Alemania Occidental; y en la Primera Bienal de Artes Gráficas de Cali, Colombia. La exposición de Rosa permanecerá abierta durante cuatro semanas. Noticia de El Mundo, 1975.09.26

Cartel del 16mo Festival de Teatro Puertorriqueño. 1974
Cartel del 16mo Festival de Teatro Puertorriqueño, 1974

«En Puerto Rico no resulta ajena a nuestra tradición artística el concepto de la letra y la palabra como entes de categoría estética. Por medio del cartel, en el que la imagen va acompañada de un texto diseñado por el artista; a través de los portafolios de poemas ilustrados, o dé los grabados con textos y citas, los artistas como Lorenzo Homar, Antonio Martorell, Nelson Sambolín y José Rosa han transformado la palabra escrita en pintura, o en obra de arte. Y aunque de ellos sólo Homar es calígrafo, en el sentido estricto del que ha estudiado, conoce y domina los distintos estilos de letras a través del tiempo, todos comparten la sensibilidad que les permite reconocer las posibilidades expresivas de la letra en su obra.» extracto, del escrito de Teresa Tío | Llegó el calígrafo de la Reina | El Mundo, 1990.01.21

Incluyo un reportaje, análisis del artista Antonio Martorell publicado en el diario El Mundo en 1977 acerca de la obra de José Rosa. Lo reproduzco sin permiso, si el artista no esta de acuerdo en que se reproduzca en este contexto, por favor de comunicarse con Autogiro y lo retiro, lo añado a este post porque contribuye en la reflexión sobre la obra, ante la muerte del artista José Rosa

Obra de José Rosa Refleja Totalidad de la Sociedad 

Por Antonio Martorell 

Una primera mirada al trabajo gráfico de José Rosa es como toparse con un letrero de “Calle Sin Salida” de esos que abundan en su obra generosa en engañosas alusiones, múltiples significados y contradicciones iluminadoras. Y resulta que no es que la calle no tenga salida sino que para caminarla y poder salir es necesario dar vuelta al punto de partida, reencontrado y visto entonces con la perspectiva del regreso. Este movimiento circular, lector de letras, signos y figuras, es complicado a su vez por los callejones, caletas y zaguanes aledaños que disponen un viaje laberíntico pleno de descubrimiento desquiciante. 

El desquicie y la dislocación son prácticas recurrentes en una obra que inicialmente ofrece una visión compacta y cerrada dentro de su barroquismo. Si bien esa primera imagen es iconográfica y unívoca, sean las botellas, el santo, los tres reyes o la pietá, al acercarnos descubrimos que la calle sin salida se ha convertido en un esplendoroso laberinto que nos tienta desde cada esquina y recoveco. El atractivo es formal (colores, brillo, ornamento lineal) y de contenido (gestos dramáticos, frases recogidas del habla popular, signos reiterados como la serpiente, el puñal, los clavos) siempre unidos en armonía o contrapunto formando un todo inquietante que va guiando al espectador arriba, abajo y alrededor de una imagen que se forma y se transforma a su paso. 

Las figuras se enfrentan y entrelazan. Las líneas de brazos y piernas múltiples como de diosa oriental en movimiento perpetuo, entran y salen de cuerpos vestidos con ropas translúcidas que los revelan esqueléticos en su danza macabra. El ritmo visual, a veces procesional y mortuorio, otras carnavalesco y jadeante, equivale en sus sonoros acordes, que ocasionalmente se hacen estridentes, a esas velloneras de cafetín que pueblan la calle, la noche y las habitaciones con su eterna algarabía. Esas cadencias y melodías de texto apenas comprensibles por muchas veces repetidos, inaudibles por altisonantes pero omnipresentes, son comparables al abigarrado letrismo que sirve de telón de fondo y enlace esencial a los atormentados personajes del artista. 

“Eta shi me guta ” | museo de Arte de Puerto Rico

No necesitamos leer las palabras de inmediato. Son tanto para verse como para leerse sin que sea supérflua una misión ni la otra. Funciona como murmullo visual uniendo, separando, contorneando y atacando seres a su vez hostiles o indiferentes. La violencia visual de estas imágenes está matizada por la danza. Sus bailes son combates sin armas; éstas han quedado en resguardo ornamentando los marcos desde donde brillan los aceros de los cuchillos y las lenguas de las serpientes Aquí como en otros casos, la dislocación de actitud e instrumento sirve para intensificar la angustia que prevalece en la obra del grabador. La sonrisa puede ser mueca, el grito canción, la caricia golpe y la herida amor. 

Si al ser vencido por la curiosidad el espectador se convierte en lector; descubrirá que este nuevo rol lo llevará a mayores ambigüedades. El reconocimiento de un refrán picaresco, de una tórrida plena, o de un lánguido bolero, la adelantará en el viaje de libres asociaciones contrapuntadas por la cercanía de una imagen que ahora acompaña el texto, invirtiendo los papeles de sacerdote y acólito en este oficio de tinieblas iluminadas con neón multicolor. 

Tomarlo todo en serio es un error capital del cual el artista se ocupa diligentemente de sacar el neófito. Nunca se sabe si la frase sentimental es una alusión irónica al lloroso acompañamiento musical del bebedor de cerveza o un auténtico quejido desolado. Las letras de bolero, las señales de tránsito y los Ay Bendito de liga van creando un lenguaje encantatorio, una letanía de rosario, un despojo espiritero, un trance de “hablar en lenguas” en este caso comprensibles pero igualmente en clave. 

Desde la creación de las botellas, José Rosa apuntaba a una nueva imaginería religiosa popular muy personal. Las formas de las botellas ya evocaban la estilización de las figuras de la santería popular puertorriqueña. Botellas con vocación de santidad, ios hombres y mujeres ataponados prefiguraban llenar la totalidad del espacio embotellado y ser el santo botella, la botella santa, nueva virgen descorchada en lamentos salseros y muecas desafiantes. Del encierro de la botella los personajes danzantes se mudan a la prisión de sus marcos dorados y plateados que a modo de halos refulgentes reiteran sus plegarias chistosas y amargas invocaciones. Estos santos recién estrenados, con sus alusiones eróticas (San Pingué, Santa Tota), económicas (San Cocho, San Hot Dog, San Wich), culturales (Santa Ció, San Antonio), políticas (Santo de Lares), son los más simpáticos y livianos del santoral sin por eso dejar de tener la carga irónica que caracteriza toda la obra. 

Es en serigrafías y dibujos como “Súplica”; “El Encuentro”, Cincuentenario Facultad Estudios Hispánicos UPR Con motivo del Cincuentenario del Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico, el Museo de esta «Hombre con Hojas y una Serpiente fea”, “José es mi Nombre”, “Piedad Siglo XX”, «Retrato de Soldado”, «La Enredadas”, “Las Parejas”, “El Asalto” y “Manos Arriba” que la estampa profano religiosa adquiere su mayor densidad y una extraordinaria síntesis de lo colectivo y lo individual. Es en estos iconos en que el artista es santo y suplicante, mártir y verdugo, mater dolorosa e hijo agonizante; es en este retablo donde todos nos reconocemos bajo las máscaras devotas o herejes y donde el sentimentalismo es mantenido a raya por el sarcasmo y éste a cancelado por el drama de nuestras propias vidas en un auto de fe sin esperanzas, que José Rosa ha logrado de las obras de arte más significativas en nuestro medio. 

Cartel para exposición de 1977 del grabador y pintor José Rosa, del 26 de agosto al 23 de septiembre de 1977. La imagen proviene del Graphic arts Collection de Princenton y se indica en el portal que está basada en el libro de Luis Rafael Sánchez, La guaracha del macho Camacho
Cartel para exposición de 1977 del grabador y pintor José Rosa, del 26 de agosto al 23 de septiembre de 1977. La imagen proviene del Graphic arts Collection de Princenton y se indica en el portal que está basada en el libro de Luis Rafael Sánchez, La guaracha del macho Camacho

El artista ha podido, en una maravillosa alquimia serigráfica recrear un lenguaje visual cotidiano y devolvérnoslo nuevo, brillante y revelador. Estamos frente a una revelación en el más rico sentido estético y ético de la palabra y la imagen. Ambas hacen un todo inseparable que linda con la poesía concreta contemporánea y los manuscritos iluminados medievales sin ser la una ni la otra. El uso de la palabra escrita en estas estampas es digno de un estudio literario. Habría lugar en esa apreciación para entrar en detalles como la alteración intencional del refranero, expresiones coloquiales, plegarias y exhortaciones que abundan en la obra. Es sin duda un material sugestivo y provocador

 IMPORTANCIA DEL LENGUAJE 

Esta crónica gráfica del barullo con sus imágenes y signos tumultuosamente organizados en también una confesión de soledad dentro de la multitud. El lenguaje se hace eco de la imagen cuando se desdobla en broma y en serio, en sentimiento y soma ofreciéndonos siempre por lo menos dos perspectivas de una misma situación. Es la violencia y el dolor que engendra, la santa que espera canonización en este santoral existencia!. La violencia y su otra cara: la soledad que se manifiesta constantemente de un modo contenido, hieratico dentro del torbellino, sumando dialécticas contradicciones en torno nuestro. 

El artista se retrata siempre y  es el rey mago flaqueado por dos reyes con calaveras coronadas por cabezas, el soldado con el casco de acero penetrado por un clavo y una bayoneta atravesando su corazón púrpura, es el Crucificado y la Serpiente, la Mater Dolorosa y el Hijo Muerto, el esqueleto alado que suplica y el José que sí tiene nombre. Esta imagen angustiada y perseguida, presa dentro de su propio habitáculo y amarrado por sus frases- enredaderas, acosada por serpientes burlonas y asaltada por mujeres con sonrisas fieras, detenida por rótulos restrictivos y frases procaces, espoleadas sus costillares desnudos por pistolas de papel constituye un espejo exacerbado de nuestra realidad urbana y salvaje. 

Portada del catalogo José Rosa De las botellas y otros pecaditos que se exhibió en el Museo de las Américas en 2003
Portada del catalogo José Rosa De las botellas y otros pecaditos que se exhibió en el Museo de las Américas en 2003

Si José Rosa tiene éxito en plasmar estas realidades no es sólo por su aguda percepción de la misma sino por su maravilloso acierto en darle la forma justa, la dimensión plástica precisa para podérnosla devolver. Y es que su estilo corresponde fielmente a su temática. Es fácil detectar en estos trabajos elementos presentes en la estética cotidiana del puertorriqueño y del caribeño en general. El uso continuado de una ornamentación abigarrada en la organización de la totalidad del espacio visual, la preferencia por unos colores cada va más brillantes, el gusto por el lustre en la plata y el oro, la superimposición de patrones de diseños elaborados, además de las texturas sugeridas en dibujos y serigrafías y ahora palpables en las policromías, tiene un paralelo con la colores que seleccionamos para nuestras casas, con la organización del espacio en nuestras viviendas y jardines, con la selección de automóviles de mayor despliegue de cromio y cómo nos vestimos y arreglamos. 

El horror al vacío, esa angustia hacia el espacio abierto y desnudo a una nota dominante del arte de José Rosa y de nuestra propia realidad, que poblamos de colores sonoros, velloneras radiantes, televisores como lámparas votivas para resguardarnos de la soledad en una sociedad que ha dejado de ser provinciana pero aún no es metrópolis. El gusto por los colores fuertes, los azules turquesa de campos y arrabales, el fuschia obispo de bares y catedrales, el amarillo encendido de aleros y canarios en flor y sobre todo el rojo en todos sus matices de fuego, vino y sangre, figuran prominentemente en la obra del artista. 

DIBUJOS MONOCROMOS 

En los dibuja monocromos, el color se sacrifica por la densidad tonal y lineal que todo lo cubre con una caricia feroz La línea tiene una vida propia cuando sale de manos del artista  y su metamorfosis es múltiple y constante pasando del arabesco literario a la fronda vegetal que a su vez se transforma en dedo, lengua o diente, lengua o diente, ala o rabo, hasta encontrarse nuevamente palabra y vuelta a comenzar. El espacio gráfico se viste como pared que primero se pinta, se colocan los cuadros, espejos, almanaques y estampas, fotografías familiares, calcomanías y carteles hasta que todo está resuelto, completo, lleno y listo para quitar y poner nuevas cosas que llenen el vacío.  Es en esta correspondencia entre la realidad reflejada y el espejo de marco repujado y múltiples biseles que está la obra de Rosa, donde la experiencia recreadora encuentra su finalidad y origen. Nos miramos y somos, somos y nos volvemos a ver. 

Cartel de Dibujos de José Rosa | imagen publicada en harrylcolley2 en Puerto Rican Poster Art
Cartel de Dibujos de José Rosa | imagen publicada en harrylcolley2 en Puerto Rican Poster Art
José Rosa-1972- El Encuentro no. 8 | imagen publicada en harrylcolley2
José Rosa-1972- El Encuentro no. 8 | imagen publicada en harrylcolley2 en Puerto Rican Poster Art

Es motivo de celebración que haya entre nosotros un artista cuyo lenguaje plástico sea tan particular, tan propio y que nos pertenezca a todos. No obstante, es preciso aclarar que si bien los orígenes de este idioma están en nuestras clases económicas más desposeídas, si sus referencias son el arrabal y el caserío, también en una cultura cada vez más masificada éste refleja certeramente la totalidad de nuestra sociedad. Lo cierto es que la clase medía y la clase media alta tan solo pagan más por lo mismo y acceden a una cultura más sofisticada únicamente de segunda o tercera mano. Hay que señalar que la predilección por los colores fuertes, la organización del espacio por acumulación y obliteración, el afán por los brillos y texturas, además de la multiplicidad de patrones de diseño siempre han sido catalogada como jibaradas, vulgaridades nuestras del peor gusto, “de orilla” y de negra, por la gente que supuestamente sabe. Que esta misma gente perteneciente a las clases dominantes no se inhiba de incidir en lo mismo que critican cuando el abigarramiento es llamado “French Provincial» y la mezcla de estilos y patrones se denomina “Gypsy Look”, los hace doblemente ciegos de su realidad y de su comunidad. Unos de los valores más significativos de la plástica de Jose Rosa es que él parte de esa realidad nuestra, de nuestro “buen o mal” gusto y la transforma en arte. Ese arte le debe tanto al medio ambiente de barrio, estampa y cafetín como al estudio diligente de retablos medievales y códices precortesianos, pero aún más a la elaboración de un decir propio de gran rigor plástico. Al así hacerlo se establece definitivamente en el terreno del gran arte con raíces populares, pero no necesariamente de consumo popular. Aunque alguna niveles de estas gráficas sean accesibles a muchos, hay otros que no le serán, ni siquiera a aquellos que se crean con derecho a ello por razón de capacidad adquisitiva consumeril. Lo particularmente patético de gran parte del mejor arte contemporáneo es que es un arte de artistas para artistas y unos pocos iniciados. En este sentido también es un logro esta obra de varios niveles de entendimiento y recreación que logra restablecer contactos vitales en una época cuyo arte se caracteriza tanto por la pobreza de sus propuestas como por lo enajenante y vacuo de sus resultados.

Jose Rosa-1972- Tres Botellas XIII | imagen publicada en harrylcolley2 en Puerto Rican Poster Art
Jose Rosa-1972- Tres Botellas XIII | imagen publicada en harrylcolley2 | en Puerto Rican Poster Art

Tomando discriminadamente tanto de la historia del arte como de la vida misma y sobre todo de sí mismo, José Rosa ha logrado elaborar un mundo rico y complejo al cual nos da entrada en esta muestra. Si lo que vemos es inquietante y a veces alarmante es porque ha sabido va donde no hemos querido mirar, ha sabido oír más allá del zumbido del acondicionador de aire y ha hablado en “lenguas” no castizas sino de revelación.

 ANTONIO MARTORELL EL MUNDO – VIERNES, 26 DE AGOSTO DE 1977 PAG 35

REPORTAJES DE JOSE ROSA ANTE SU MUERTE

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