Se presenta la exhibición El color de los sentidos del pintor Rafael Rivera Ortiz en la Galería Uri.

Redacción/ Escrito por Javier Martínez / Apr 30, 2008

El pintor Rafael Rivera Ortiz presentará a partir del 15 de mayo su más reciente producción pictórica en la Galería Uri . La carrera de Rivera Ortiz abarca treinta años en los cuales ha explorado el grabado, el vitral, los murales así como la pintura. Apreciado como profesor por su vasto conocimiento así como por su buen humor el artista estará presentando un total de 25 piezas de las cuales 18 son recientes.

Notas de la exhibición

Ensayos

SALUDOS AL MAESTRO

Pertenecer al taller artístico-didáctico del maestro Rafael Rivera Ortiz, mi distinguido compueblano manatieño, es un privilegio muy especial. Yo mismo he sido profesor universitario toda mi vida en el campo de las humanidades y comparto mi extensa experiencia docente con el oficio de historiador profesional. Ello quiere decir que soy estudiante perpetuo, lo que me permite expresar, desde la perspectiva del discípulo, mi apreciación sobre este destacado exponente de las artes plásticas puertorriqueñas.

Como artista, Rivera Ortiz no es solamente un diestro en todas las técnicas de la profesión. Complementa su maestría con una amplia cultura histórica, literaria y musical, no exenta de conocimientos fundamentales en las ciencias naturales, especialmente las relacionadas con la anatomía y la fisiología, elementos que se hacen evidentes tanto en su obra artística como en sus técnicas de enseñanza de la figura humana. Rebasó tempranamente el provincialismo y su mundo se abrió a las atmósferas internacionales, especialmente a las corrientes más avanzadas de la plástica mexicana.

Técnica, cultura amplia, mente abierta al mundo y, sobre todo, disposición para enseñar y compartir lo que sabe. Sus discípulos más consecuentes comprendemos por qué tiene tanta demanda este mentor que es de los que no esconden su mano a los talleristas, sino que la aferra a su pincel cuantas veces sea necesario para sugerirnos cómo resolver pasajes difíciles en algún trabajo. Para mí, la imagen más característica de su eficiente pedagogía ocurre cuando le consulto un problema técnico que me atasca el proceso pictórico frente a la tela o el panel. Rivera Ortiz se acerca, con una breve ojeada capta el problema, dialoga a solución, sugiere los trazos pertinentes, te presenta el pincel al rostro y te dice: “mete mano”. Como diciendo: “el problema es tuyo, hemos hablado de la solución, ahora ejecútala tú sin miedo y dejando que se note la pincelada”. Así, sus discípulos vamos transitando de la timidez a la soltura que él nos predica y ejemplifica.

Me impacta la amplia gama temática de sus propuestas según las he apreciado en sus exposiciones. Siempre se ve su mano diestra, ágil, rápida y segura. Con ella traza desde sus dramáticas Crucifixiones y Pietás, pasando por una serie de personajes de la literatura y el mito, hasta enigmáticos
paisajes, en los que predominan exquisitos verdes, azules y anaranjados quemantes que a menudo arropan la escena con una aureola dominante. No falta la metáfora humorística en tomo a ciertos personajes “bicicletados” o motorizados, ni el ocasional retrato y la figuración de la modelo en poses retantes. Rafael Rivera Ortiz es un artista en plena madurez, cuya obra lo retrata en su variedad y lo consagran como maestro generoso.

Carmelo Rosario
Mayo de 2008

Escrito de Antonio Molina

Rafael Rivera Ortiz está a muy significativa distancia de lo que se supone sea la pintura clásica, pero admirando su estilo a veces nos sentimos transportados a una elegancia, altivez y a una especial solemnidad y gracia que nos llega a conmover.

Juega con el dibujo como un niño con un juguete, pues en sus giros y rubricas donde el color es el principal protagonista, realiza unas maniobras atrevidas y rápidas, mientras el pincel baila sobre el lienzo. (Estoy hablando en serio), ¡Tan serio como el Credo! Es juguetón ese pincel pero muy inteligente, pues logra lo que quiere: un perfil perfecto, una veladura misteriosa y coqueta, el escorzo siempre difícil pero exitoso.., en fin como estamos en presencia de un maestro completo, ¡sale una obra de arte!

Cuando Rafael escoge lo que le va a servir de modelo, con la misma facilidad de palabra que tiene, intenta aprehender sabiamente en pocos minutos, a lo más en una sola sesión posible. Eso parece, pero siempre hay un pero. Ese “Pronto” que llena de movilidad el área después el artista sabe ambientarlo con esos rasgos sutiles, ligeros, geniales, que dan la perfección al acto terminado, mostrándonos esa sabrosa gama de colores ¡única! Que el maestro imparte en cada una de sus obras.

Se adueña sin duda de una percepción trascendente de cada cuadro que termina, con esos “Fragores cromáticos” a los que nos tiene acostumbrado.

Me llama la atención esa “fluidez inquieta” perceptible en todos los caminos y derroteros que le lleva su mano y su intelecto, algo musical pero con un sentido del ritmo ondulante que va tratando en la tela teorías inusitadas, cadenciosas, felices, magistrales que no es poco decir!

Esas dobles veladuras superpuestas, fruto de su creatividad y búsqueda que tanto contribuyen a que se manifieste el mencionado movimiento ondulante y muy típico de su estilo de resonancia expresionista, las palpamos en estas nuevas obras donde disfrutamos de paisajes urbanos y campestres, los niños jugando,.. Los barquitos de papel, una dama pintora, otra visión de su conocido Quijote, y su intima y a la vez impresionante visión de Cristo. etc. Toda visión y banquete a la vista. ¡Una extraordinaria muestra de una de nuestros mejores pintores!

Antonio J. Molina
Crítico de Arte, AICA

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Javier Martínez  es artista multidisciplinario de Puerto Rico |  Behance / Tumblr